La catedral en Viernes Santos,
humareda de ovejas apeñuscadas en su redil:
lágrimas y sudor
empapan
días secos.
Muchedumbre
en dolientes dividida:
y cada una con su punzadura
de lanza en el costado.
Afrentas, agravios
multiplican
carne y alma.
En boca propia
sabor a hiel, y acíbar,
y cada una
de las Siete Palabras
en cada uno de los pechos
eterniza.
De (Raíces en estampas)
© Dolores Castro
© Carmen Amato
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