domingo, 30 de junio de 2013

DEL LIBRO ALGO LE DUELE AL VIENTO








AL HEDOR


¿Dónde volver los ojos?

Hacia el cielo,

hacia el Valle de Chalco,

donde llueve

y las primeras gotas son caricia

porque el agua escasea

en el vaso, en la sed.


De pronto,

como si la lluvia

en tormenta estallara

para nuestra amargura,

el canal del mal nombre,

La Compañía,

desborda rabia

contra nuestra impotencia.

El Gran Canal,

año con año nos multiplica

el terror.

Sus aguas

negras de toda la inmundicia

revientan en el borde

y forman el gran lago

de pestilencia.


El lago crece, crece

ante nuestros atemorizados

ojos

hasta arrastrar cuanto había.


Tras el terror la certidumbre:

hoy en el ahogo transitamos,

en el ahogo desaparecemos,

en el hedor se hunden nuestras vidas.

Esto le duele al aire,

le duele al agua

cristalina.



© Dolores Castro
© Carmen Amato






jueves, 27 de junio de 2013

HOMENAJE A DOLORES CASTRO


EN EL MARCO DEL ENCUENTRO DE ESCRITORES 
LOS SANTOS DIAS DE LA POESIA 
EN CIUDAD MADERO TAMAULIPAS.





Carmen Amato y Marisa Avilés

El pasado 22 de Junio del año en curso en Ciudad Madero, Tamaulipas se brindó un homenaje a la poeta mexicana Dolores Castro por la celebración de sus 90 años de vida y sus 70 años de escritora. Este acto se llevó a cabo en el marco del V Encuentro de Escritores los Santos Días de la Poesía coordinado por la escritora tamaulipeca Celeste Alba Iris. En este homenaje participó Carmen Amato con la presentación de una semblanza de la homenajeada, complementada con la lectura de parte de su obra poética por Magdalena Guerrero Martínez. Así mismo y bajo la conducción de Marisa Avilés, poeta tamaulipeca, fue presentado el libro "Soy todo lo que vuela. Poemas de Dolores Castro y fotografía de Carmen Amato como parte de esta celebración.

Dolores Castro ha hecho de la poesía una forma de vida, podríamos decir que vive poéticamente al entregarse amorosamente a través de la palabra. Su palabra es de aire y agua: ligera y fluida; de luz y oscuridad: profunda y deslumbrante, pulida como una piedra preciosa artísticamente montada en el collar del poema. No hay retórica, por el poema pasa el aire de la poesía y como tal causa su efecto, a veces sutilmente apenas roza, otras veces entra por los ojos de la imaginacion y mueve las ramas del árbol de palabras que nos germina dentro.

Hidrocálida por "nacencia" y zacatecana por "querencia" Dolores Castro ha sido objeto de varios reconocimientos en diversos estados de la república mexicana a lo largo de este año, el cual sea dicho de paso, ha sido bautizado como 2013 Año de Dolores Castro. El pasado 19 de Junio la poeta celebrada fue distinguida con el Premio Iberoamericano Ramón López Velarde, otorgado por su amplio conocimiento sobre la vida y obra del poeta zacatecano y también por la importante difusión que ha hecho de su obra. Cabe resaltar que el premio mencionado lleva ya diez y seis emisiones y es la primera vez que se entrega a una mujer, lo cual duplica el gozo de la celebración.

Dolores Castro ha sabido vivir todas las circunstancias de su vida como quien construye y acepta su destino, se ha dedicado con el mismo ahinco al estudio que al trabajo, a la poesía que al amor de pareja, a la creación de una familia que a la creación literaria, ha tenido la misma dedicación por la difusión cultural que por el cultivo de la amistad y el amor desinteresado por el prójimo. Dolores Castro "cuenta y canta sus años" con la satisfacción de quien ha dirigido el rumbo de su vida de acuerdo a sus propias elecciones. Cantemos pues con ella la canción de la vida, de "la vida perdurable".





miércoles, 12 de junio de 2013

Entrevista con Dolores Castro. Premio Iberoamericano de Poesía Ramón López Velarde.



La poeta Dolores Castro Varela,  ha dedicado parte de su vida literaria a estudiar a fondo la obra del bardo jerezano Ramón López Velarde. Recibirá el Premio Iberoamericano de poesía  de manos del Gobernador del Estado,  Miguel A. Reyes, el próximo 19 de Junio, en la ciudad de Jerez, el premio se revitaliza con la presencia de una mujer que ha fincado sus raíces en esta tierra. Ha publicado sobre el genio creador de López  Velarde  y sobre su obra, que como bien afirma la propia Dolores Castro, rescata el valor de la provincia donde reside el verdadero México.
A continuación  presentamos un extracto de la entrevista que realizara la también poeta Guadalupe Dávalos en su casa del Distrito Federal, con motivo de la grabación de un video donde realizó una semblanza de su obra para el Coloquio Dolores Castro, que se llevó a cabo recientemente en el Museo Felguérez.
¿Cómo ha sido tu relación con López Velarde?
A López Velarde, lo conocí desde que estaba yo en preparatoria. Y siendo como soy en el fondo de mí provinciana lo primero que me cayó como una especie de lluvia benéfica fue que hablara de lo provincial y de Zacatecas. En la preparatoria Rosario Castellanos hablaba de Comitán, y yo de Zacatecas y de López Velarde fue lo que empezó a hacer más estrecha nuestra amistad, desde luego, las dos lo admirábamos, también el maestro que nos daba clase, pero yo más. Más tarde tuve un jerezano ilustre que fue mi jefe en el Seguro Social, el licenciado Ramón Félix de la Torre y este licenciado adora a López Velarde también y resulta que empecé a trabajar con él, y supe que había hecho el calendario que agrupaba  a todos los que habían hecho algo sobre la poesía de este genio de la poesía zacatecana. Ramón Félix de la Torre acrecentó mi amor por López Velarde, que ya existía. Entonces fui varias veces a Jerez a hablar sobre López Velarde, porque cada vez he podido aquilatar con mayor justeza lo que es la poesía de este gran zacatecano. No solamente porque hable de la amada provincia que él y yo amamos, sino que descubre tantos secretos del género humano, del hombre religioso, pero que tiene a la vez una forma muy completa de ser,  que no solamente es religioso, y amoroso de todas las formas del amor y sobre todo cómo es una persona completa cuando ama, cuando teme, cuando descubre, cuando siente, eso y más es López Velarde. Yo he leído de López Velarde naturalmente toda su obra, y tanto me emociona su poesía como sus ensayos. En sus ensayos “el soltero que es un tigre que da vueltas en una jaula”… y luego que ese soltero renunció a tener hijos por su obra maestra que es no tener hijos, dice él mismo, pero uno de los maestros de la universidad zacatecana me dijo; Sí, pero su obra maestra es no tener hijos, porque está haciendo una obra maestra.
La Suave patria es un poema verdaderamente revelador: “el niño Dios te escrituró un establo y los veneros de petróleo el diablo” y considerar la patria no como un discurso,  en un heroico acto, sino como algo íntimo, como algo tan íntimo y necesario como la propia infancia, como la propia vida, como la propia madre, me parece que ese poema y el otro que es un verdadero poema aunque sea un ensayo, pero que para mí es un poema y se titula: Novedad de la patria, en novedad de la patria yo hice un descubrimiento cuando dice: “las dos formas de destruir el amor son el odio y el descuido”. Ramón López Velarde es en  prosa y en poesía un gran poeta. Sus ensayos son en prosa, dicen que son ensayos, son verdaderos poemas. Mi mayor pecado, cuando habla de esa muchacha, de esa forma tan verdadera, es una íntima verdad que confiesa, el valor para decir eso.
¿Y la casa, que te dice cómo te sientes cuando entras a la casa del viejo pozo, qué es para ti?
¡Ay! Fue una emoción muy grande, porque hace muchos que yo fui, y tenía hasta unas pinturas con las que acabaron desgraciadamente de aquella, pero sobre todo ver el pozo, de ese poema que es uno de los más hermosos poemas de López Velarde, y ver el patio, y  cada una de las piezas donde él estuvo. Luego alguien por ahí dijo que esa no era  la casa de López Velarde, que era del abuelo, si era la casa del abuelo, pero él hay vivió y también la mamá y hay fotos donde ahí lo presentan.
¿Hay fotos donde Ruíz Cortines en cierta visita que tuvo a Jerez, se queda imantado, en aquellos años cuando se propuso visitar esa casa, y quizá rescatarla y ahora se ha estado remodelando se le ha hecho una cocina más bonita y le han puesto aromas, y después de salir ¿qué pasa? ¿Cómo llega la poesía, cómo fluye en Lola Castro, como asciende?

Yo siento que se acumulan atardeceres, paisajes y que lo veo como vivo, soñador todavía sin la desilusión de la mujer última de los guantes negros, sino todavía con Fuensanta, inocente en su regazo y enamorado ya. No cabe duda San Pablo tenía razón, el amor en este mundo, es lo más importante. Es lo que le da a nuestros sentidos esa tela luminosa para ver las cosas,  de manera de que pueda uno no estar pensando en todos los oprobios que la gente hizo contra nosotros sino disculpando los errores, amando de veras a la gente, tratando de, ni odiar, ni ser descuidado, ver las cosas como son, pero como son verdaderamente, no con unos ojos descuidados, sino con unos ojos que puedan penetrar a una realidad más onda, a un fondo en donde siempre la sensibilidad, se encuentra con la inteligencia.
Háblame de los Zacatecanos, de tu gente.
Siempre he admirado la voluntad zacatecana, la amé en mi abuela, en mi padre y en mí madre y en todos los zacatecanos que conozco y amo. Y esa voluntad, y el recuerdo de esa voluntad, y del paisaje y de las personas muertas ya, que además dos de ellas me dieron vida, hace que tenga yo de Zacatecas una raíz inamovible de amor a la tierra, a la gente, a su literatura, a sus poetas, sobre todo a López Velarde, y a mis amigos de siempre


© Enviado por Ma. Elena Leal
Nota: Las dos fotos originales de esta nota no pudieron ser subidas al blog por lo que se sustituyeron con una foto de Carmen Amato.

martes, 4 de junio de 2013

LA DANZA EN EL VERANO






Apuntaron a ciegas

y fue como desperdiciar

almas de alto poder

para matar pajaritos:

Más de cuatro mil niños

que sorprendió la muerte

en un paso,

en un juego,

en un brinco.

Fue como no distinguir

entre piedrecitas y semillas

de frijol.

Fue como sollozar al ver que caían

en medio de los otros,

en medio del estruendo

y sin poder parar

el furor que arrastraba

los ciegos disparos.

Fue como el propio Herodes

y la danza de la muerte.

  

                Del libro  Algo le duele al aire




© Dolores Castro
© Carmen Amato