jueves, 7 de marzo de 2013

A CABEZADAS ROMPO ESTE SILENCIO





A cabezadas rompo este silencio.
Rumia tinieblas
mi boca terca.

Porque terca es la luz que rompe,
el agua que rompe
mis ojos arrasados,
donde la oscuridad
levanta y quiebra.

A cabezadas rompo este silencio
como la gota terca
de cabeza contra la roca
donde la sombra ahonda
cada vez con más fuerza.

A cabezadas rompo este silencio
porque terca es la sed.
Y yo bajo la tempestad
estoy sedienta.

No la contemplación,
no la quietud.
No el molusco que llora
su perla.

Desde la soledad de mi esqueleto
su débil cascarón
la muerte quiebra.

Traigo la boca llena
con el eco del mundo
que llega
con su piel de oveja,
que se amansa y entra,
que dentro se acuesta
para crecer,
hasta quebrantar
mi pequeñez.

                                         (De Cantares de Vela)



© Dolores Castro
© Carmen Amato

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