El Huizache
Nada
sabe decir
pero
le llega un golpe de frescura
y
en un gozo aromado hasta las ramas
sube
su flor,
dorada
como
el sol que le quema.
Erizado
de espinas se levanta
en
la mitad del llano.
Su
fronda
es
una copa
de
polvo.
Cuando
la roza el aire
es
una tórtola
triste
de sed.
Ay,
pero en el verano
el
huizache recibe
la
humedad de la tierra.
Su
débil tronco olvida,
reverdece
las hojas,
ablanda
las espinas.
Ay,
pero en el verano
en
una sola flor
amarilla,
pequeña,
canta
toda la tierra.
(De Cantares de vela)
© Dolores Castro
© Carmen Amato
Extraordinario poema, hermosos versos. Muchas gracias por este regalo.
ResponderEliminarAbrazos desde Canarias: Berbel.